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jueves, 5 de mayo de 2011

Capitulo 2

Son las seis y media de la mañana , lo único que acompaña al silencio de una noche que todavía no ha acabado es el estúpido tono que puso en su móvil y que no se acuerda de quitar. Abre los ojos, tampoco tiene prisa. Se enreda un poco más entre las sábanas y aguanta diez minutos más soñando con nada. Es uno de esos días en los que te tienes que mentalizar que tu vida es y será así, te queda el consuelo de que alomejor, dentro de seis años en vez de a las seis y media , el despertador suene a las ocho y tendrás otro tono. Cuando acepta la rutina en la que se ha convertido su vida, se levanta, un pie, después otro. El baño está ocupado por quien sabe quien y huele a café, odia el café. Intenta pensar con claridad pero su humor no la acompaña. Una lista mental: primero vístete, segundo mochila, tercero desayuno... Bla bla bla. ¿ Pero a quién intenta convencer? Conecta el ordenador como movida por un impulso. Pantallita MSN, contraseña que teclea rápidamente como si alguién en la solitaria habitación pudiera leerla, y ahí están, las pestañas luminosas que espera.

-LARA ¡AMORE!, no me coges el teléfono. 16 años tendrías que tener ¬¬ . ¿ Hay exámen de filo? Tia, dime que no, bueno... dime que sí y me lo piro.
No os he dicho nombres, tampoco lo vería necesario, no son fieles a la realidad, puesto que lo importante no es como se llamaban sino que les ocurrió. Nicolla era así, impulsiva, cariñosa, espontánea. Una de las mejores amigas de Lara, había repetido curso dos veces y ya rondaba los 18, guapa, atlética, pelirroja pasión ( nada más fiel) , ojos verdes esmeralda... y una de esas personas que tienes que conocer obligatoriamente en la vida para ser feliz. Tras tranquilizarla y ponerse a comentar la ropa que se verían en diez minutos, Lara abrió la segunda ventana.
-Cariño, ¿ Te ha comentado Nico? Esta chica, la he asustado un poco ... pero tu ya le habrás dicho que no hay exámen ¿no? Ya te vale jajaja ( dos caritas sacando la lengua) Conversación de TRES YA PLIS que fijo que ya habéis hablado sobre la ropa.... ( perrito llorando)
Diana, la persona más especial que había conocido Lara. Tímida, mandona, sincera, siempre se comprometía a hacer cualquier cosa por sus amigas. Morena, ojos negros, bajita.. guapa, como Nicolla. Las tres formaban un grupo especial, nunca excluían a nadie de él pero ellas siempre estarían juntas. Las tres mellizas las llamaba el profesor puesto que siempre se colocaban juntas, ya fuera adelante, atrás , en el medio. " Mellis" se llamaban ellas, las tres compartían todo, desde la foto de MSN ( en la que se veía a las tres apoyadas en un graffiti con un " Tu mirada me hace grande" en la parte inferior de la foto" )hasta sus secretos más íntimos. Puesto que, como ellas decían, lo eran TODO las unas para las otras. A pesar de estúpidos motes, a pesar de temas triviales, conversaciones absurdas, piques... ellas siempre estarían juntas, compartiéndo cualquier mínimo detalle. Conversación de tres, listo, click click ( si fuera todo tan fácil) Cuando la conversación giró en torno a los pendientes de Diana,Lara abríó la tercera pestaña, y allí estaba ÉL, su mejor amigo, Álvaro.

-¡Linda! ¿Vienes hoy al recreo? Di que sí boba que no me meto con tu estu...perdón instituto ( carita sacando la lengua). Y te cuento quién va a ir a ese sitio contigo muahaha ( pero ven ¿ eh?) Yo ya me voy que pasa el bus y como lo pierda te mato

Álvaro era un chico especial, tal vez no muy guapo, tenía los ojos preciosos: verdes, azules... y brillaban tanto siempre.... Era bajo, de la altura de Lara, delgado pero fuerte. Increíblemente simpático, se podía hablar con él de cualquier tema. Amigos, le sobraban pero él siempre tenía hueco para Lara. Le conoció en clases de socorrismo hace cinco años y desde entonces son inseparables, con sus más y sus menos.
Lara sonrió ¿ Porqué sonreía?
-" Seré estúpida"- pensó, había sido la ilusión del momento simplemente.
Pero tenía cosas más importanes en las que pensar: INSTITUTO. Quedaban veinte minutos y todavía no se había vestido tras cariñosos muñequitos tirando besos y te quieros, se despidió de sus Mellis y de Álvaro . Corriendo, como siempre, entró en el baño. Se miró en el espejo, le importaba su apariencia pero tampoco estaba obsesionada. Se colocó una diadema con dos mechones a los lados tras asearse pero no se maquilló, no la gustaba. ¿De ropa? Siempre conjuntaba en tres minutos, arreglado: camiseta ajustada en el pecho verde , pantalones vaqueros y unas converse negras con estrellitas. Eran las 7 y cuarto, por tanto hacía frio ,pero era septiembre asique haría calor en dos horas. Con una fina sudadera servirá. Todo perfecto. El día se le había arreglado, ( solo le faltaba llegar pronto al instituto y sería todo perfecto) . Besos a sus padres , mueca para su hermana y un "os quiero, no me espereis a comer" al aire al cerrar la puerta. No estaba muy lejos del instituto, iba con los cascos de " hello kitty" a todo volumen escuchando la canción aquella de Craig David... tarareando un " love, love, love.." cuando un golpe seco por la espalda, le hizo caer hacia delante: una bici.
-Pero serás gili.... - se contuvo, no, le contuvo. Ojos marrones preciosos, labios gruesos, pelo corto, hombros anchos, camiseta negra ajustada a sus músculos. No era guapo, porque decir eso sería mentir, era perfecto. Estaba sonriendo pícaramente, con aquellos dientes perfectamente ordenados. Ambos se quedaron mirándose, como si el tiempo no importara. Es uno de esos segundos que no olvidas en tu vida. Se intentaban conocer con la mirada, el corazón de Lara latía muy deprisa, sería el golpe ¿ Quién sabe? El momento acabó,Lara no se dejó impresionar. Se levantó como si nada hubiera pasado, echándose el pelo hacia atrás.
-¿ Puedes tener un poco más de cuidado la próxima vez?
- Deberías llevar los cascos con menos volumen, así oírias el ruido de la bici y caminarías por la derecha o por la izquierda , no haciendo un zig zag, de todas formas no te he dado tan fuerte. Pero perdón, no habrá una segunda vez - y tras decir eso, se fue, corriendo prácticamente.
" Será gilipollas"- pensó Lara, esta vez sin contenerse. Solo esperaba que no la hubiera visto nadie. Pero el sentimiento en el pecho no desapareció. Ese idiota no le estropearía el día, vería a sus Mellis y a Álvaro , todo perfecto, es lo que pensaba a las 7 y veinticinco pero faltaba mucho día y el destino es una historia no escrita.

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